Contrariamente a lo que piensa mucha gente, la sucesión de las estaciones no se debe a la distancia entre el Sol y la Tierra. (Ya sabes que la Tierra tiene una órbita elíptica en la que unas veces está más cerca y otras veces se encuentra más alejada del Sol. Pero esto tiene un efecto prácticamente imperceptible en el clima.)
La causa de las estaciones es la inclinación del eje de rotación del globo terrestre. Este eje se halla siempre orientado en la misma dirección y por tanto los hemisferios norte y sur son desigualmente iluminados por el sol. Cada seis meses la situación se invierte.
Las estaciones no tienen la misma duración, ya que la Tierra recorre su trayectoria alrededor del Sol con una velocidad variable. Va más deprisa cuanto más cerca está del Sol y más lento cuanto más alejada está. Esto es una consecuencia de la ley de gravitación universal de Newton.
En el hemisferio sur los veranos y los inviernos son más moderados que en el norte; ni hace tanto calor ni tanto frío como en el norte. Y tampoco esto depende de la distancia al Sol.
¿A qué se debe entonces?
Como el hemisferio Norte tiene más superficie sólida que el hemisferio sur, cuando es verano en el norte la superficie se calienta más rápido y reemite el calor a la atmósfera, generando temperaturas más elevadas. En cambio, como el hemisferio Sur tiene una superficie cubierta mayormente por agua, en el Verano del Sur el calor proveniente del Sol es absorbido por el agua de los océanos y es reemitido a la atmósfera más lentamente, por lo que la temperatura alcanzada no es tan alta como en los veranos del Norte.