Ingredientes:
1 vaso de maizena
2 vasos de sal fina
1 1/3 vasos de agua fría
Se disuelve la maizena en la mitad del agua. Hay que mover hasta que no tenga grumos.
La otra mitad del agua y la sal se echan en una cacerola y se calientan hasta que hierva el agua. Se retira del fuego y se echa la maizena en la cacerola removiéndolo todo constantemente.
Si la masa todavía está demasiado líquida hay que seguir calentándola un poquito más hasta que removerla cueste un poco. Entonces se deja enfriar y como todavía está un poco pegajosa se le añade un poco de harina para poder moldearla.
Para que no se seque hay que guardar la masa al vacío en una bolsa de plástico dentro de la nevera hasta que se vaya a usar.
